En estas fechas, a muchos nos surge esta duda: ¿Cómo transportar un cuadro? Bien porque prestamos una obra para una exposición. Porque compramos alguna. O porque desmontamos el piso de estudiantes.

Si quieres que tu obra de arte llegue intacta a su destino, debe estar embalada de manera segura. Así que sigue los siguientes consejos.

Proteger un lienzo

Como autor de una obra de arte, sabes que ésta es delicada y, en ocasiones, insustituible. Por este motivo debes protegerla de la mejor manera posible.

Para transportar un cuadro, el primer paso es envolver la obra en papel de seda, glassine o similar.

Para ello, extiende un pliego lo suficientemente grande y coloca el cuadro encima, con el frente hacia abajo. Después envuelve los bordes fijando el papel a las esquinas.

Es importante utilizar cinta adhesiva de pintor o carrocero, y no pegarla directamente sobre el lienzo. Sólo sobre las pestañas del papel.

El siguiente paso es cubrir las esquinas, porque son las partes que más sufren. Para ello, puedes hacer unos esquineros con restos del papel empleado.

Después, haz un ‘sándwich’ con el cuadro y dos láminas del mismo tamaño de cartón u otro material semi-rígido. Puedes usar cartón-pluma, foam,… Cierra con cinta de embalar.

Extiende un rollo de plástico con burbujas y envuelve la obra en varias capas. Sencillo, pero… ¿hacia qué lado deben ir las pompas? Pues hay teorías para todos los gustos.

El relieve de las mismas puede dejar marcas en la pintura, si se colocan hacia dentro. Pero el lado liso puede adherirse al barniz de la misma, si hay humedad. Colocando un cartón o una lámina protectora en medio, zanjamos la cuestión.

Asegura firmemente la envoltura y todos sus bordes con cinta de embalar, creando un sello resistente. Y coloca unos esquineros grandes de cartón.

Ya tienes lista la obra para colocarla en una caja de embalaje.

Cajas de embalaje

A la hora de transportar un cuadro, puedes adquirir una caja de cartón prediseñada en ferreterías o empresas de mudanzas.

Si no es así, puedes construir una con cartón corrugado, que se vende en planchas. Es importante que dicha caja sea unos 10 centímetros más alta y ancha que la obra de arte.

Ojo: recuerda que lleva varias capas de burbujas. Mide después de plastificar.

Para evitar movimientos y mejorar la resistencia contra los impactos, hay que rellenar el espacio vacío. Puedes usar papel de periódico, plástico burbuja o bolsas de aire.

No uses espuma de poliestireno, porque si se estropea la caja, el material saldrá por todos los huecos.

Sella toda la caja muy bien, porque se va a mover de un lado a otro en la furgoneta o medio de transporte. Después, etiquétala con tus datos y pon la palabra “Frágil” bien visible. Pega también los formularios de la empresa de transportes.

Otra opción es utilizar una caja de madera, que de nuevo puedes comprar hecha o fabricar a medida, dejando aire suficiente.

Enviar una fotografía

¿Y si enviamos una fotografía, enmarcada y con un cristal? En este caso, también debemos seguir las recomendaciones para transportar un cuadro.

Pero antes de nada, hay que colocar sobre el vidrio cinta ancha de carrocero formando un patrón de estrella. Así, si se rompe, no dañará la obra.

Seguidamente, envolvemos la obra en papel estraza y colocamos unos esquineros de cartón, antes de envolver en burbuja.

Este paso es muy importante, porque los cantos de los marcos son la parte más vulnerable del cuadro.

Finalmente, si no vas a llevar el cuadro tú mismo, es importante trabajar con empresas de mensajería con experiencia, para minimizar riesgos en la medida de lo posible.

Si trasladas la obra a una exposición y la organización se encarga del porte, asegúrate de que cuente con un seguro.