En varios artículos hemos mencionado las reglas de composición fotográficas –aunque también se emplean en otras representaciones artísticas-. Pero, ¿cuáles son? Vamos a hacer un repaso por diez de ellas.

La selección y disposición de los sujetos y elementos dentro del cuadro marcan la diferencia. Las fotografías tienen un encuadre limitado. Las reglas de composición nos ayudan a definir qué queremos incluir y qué queremos excluir en las mismas. Y también cómo vamos a hacerlo.

  1. Identificar el centro de interés.

Cada fotografía debe tener un centro de interés. Y cualquiera que mire la imagen debe entender lo que queremos mostrarle.

No obstante, como veremos después, esto no significa que debamos colocar dicho centro EN el centro. Significa que antes de tomar la foto, debemos tener claro el motivo sobre el que queremos centrarnos. Para destacarlo, podemos desenfocar el fondo, por ejemplo.

  1. Rellenar el encuadre.

Relacionado con esto, un error habitual es mostrar demasiadas cosas en las fotografías, desviando la atención del centro de interés.

Ante la duda sobre si un objeto debe salir o no en la imagen, menos es más. Y una manera de focalizar la atención en un elemento es ocupar la mayor parte del espacio con el mismo.

  1. Enmarcado natural.

Otra de las reglas de composición que puede ayudarnos es poner un marco al centro de interés. De esta forma, focalizamos en él nuestra atención.

Podemos tomar la imagen a través del marco de una ventana, el arco de un puente, unas ramas,…

  1. Ley de la mirada.

Debemos dejar espacio suficiente en la zona hacia la que dirige su mirada la persona retratada. O hacia la que se dirige el objeto sobre el que centramos el interés.

  1. Regla de los tercios.

Es una de las reglas de composición más conocidas y se aplica, sobre todo, en naturaleza y paisajes. Consiste en dividir el espacio en cuadrículas imaginarias de 3×3 del mismo tamaño.

Las cuatro intersecciones marcan los puntos de interés. Si colocamos el elemento que queremos destacar en uno de ellos, obtendremos fotografías más interesantes.

Si te interesa trabajar con los tercios, revista tu cámara. Hay algunas que permiten visualizar una rejilla en la pantalla.

  1. Ley del horizonte.

En relación con la regla anterior, ésta hace referencia a las dos líneas imaginarias que dividen la imagen horizontalmente.

Debemos colocar el horizonte en el tercio superior o inferior, en función de lo que queramos destacar. La línea de horizonte no se deja en el centro, salvo que nos interese subrayar la simetría.

  1. Apoyarse en las líneas.

Las líneas no sólo aportan formas y contornos. También son uno de los elementos más eficaces para dirigir la mirada del espectador hacia donde nos interese.

Por ello, debemos buscar líneas horizontales, verticales, diagonales, convergentes o divergentes que aporten significado nuestras fotografías.

  1. Flujo y movimiento.

En este sentido, las líneas son fundamentales para trabajar el flujo. Es decir: la forma en que la mirada del espectador recorre la fotografía de una parte a otra, en la dirección deseada.

Las líneas horizontales y verticales son más estáticas. Por el contrario, las diagonales son más dinámicas y crean sensación de movimiento.

En este sentido, las curvas en ‘S’ son un elemento de movimiento muy potente, que ayuda a dirigir la mirada por toda la imagen. Por ejemplo, una carretera.

  1. Dirección

La dirección hacia la que se desplazan los objetos en la fotografía también crea la sensación de movimiento. Esta ilusión se puede crear de varias formas, aunque los elementos permanezcan estáticos: un coche o persona desenfocados parecerá que avanzan rápido.

Recuerda que dichos elementos no deben estar en el centro de la imagen, sino a un lado. Y que debemos dejar aire en la dirección hacia la que se desplazan.

  1. Repetición.

Otra de las reglas de composición que puede interesarnos es la repetición de patrones.

Llenando el encuadre con una sucesión de elementos repetidos creamos ritmo y damos sentido a la relación entre las diferentes partes de la imagen.

Por otro lado, podemos romper esta regla, introduciendo un elemento disonante, para ganar interés.