La derrota de un malvado dragón y la victoria de un valeroso caballero son el rostro de una de las obras más reconocidas del arquitecto catalán Antonio Gaudí: La Casa Batlló.  La fachada de este emblemático edificio, Patrimonio de la Humanidad, combina la esencia de la etapa naturalista de Gaudí y la Leyenda de Sant Jordi.

Y es que, Sant Jordi, patrón de Cataluña, salvó al pueblo de Montblanc en Tarragona de una terrible maldición. Convivía con este pérfido dragón que con su aliento era capaz de matar. Para evitar tragedias mayores, los habitantes decidieron calmar su ira a cambio de permitirle devorar cada día a uno de ellos. Pero en Montblanc no había excepciones, así que un día la mala suerte recayó sobre su princesa.

Sin embargo, el dragón nunca llegó a darse este banquete, pues el caballero Sant Jordi con su espada acabó con él, liberando así al pueblo de Montblanc. Se dice que de la sangre del dragón brotó un precioso rosal y que el valiente caballero obsequió con una de sus rosas a la princesa. De esta bonita leyenda proviene la tradición de regalar rosas en el día de Sant Jordi.

NATURALISMO ARQUITECTÓNICO

El Naturalismo es un estilo artístico que nació en el ámbito literario de la mano del escritor Émile Zola. Se fundamenta en la reproducción de la realidad con profunda objetividad en todos sus aspectos, desde los más significativos, hasta los detalles más pequeños.

La casa Batlló es un claro ejemplo del Naturalismo en arquitectura, que Gaudí logró elevar a la máxima potencia a nivel nacional e internacional, yendo más allá del Modernismo estricto.  La originalidad de este artista destaca sobre todo por su uso de un diseño orgánico, luminoso y lleno de ornamentos, no solo inspirados en la naturaleza, sino también fabricados con materiales locales extraídos de ella.

La fachada de este edificio considerado como la obra maestra del genio catalán refleja el rostro de la Leyenda de Sant Jordi. Las escamas del dragón creadas con tejas; un balcón en forma de flor que representa la rosa de la princesa; y la espada del caballero, pueden observarse claramente en su azotea y balcones. En las plantas inferiores también descubrimos como los balcones y otros elementos de la fachada representan huesos y calaveras inspirados en los habitantes de Montblanc.

PASIONES ARTÍSTICAS DE GAUDÍ

Arquitectura, naturaleza, religión y Cataluña eran las cuatro pasiones en las que el genio modernista inspiraba su arte.

En la Casa Batlló se combinan todas ellas. El edificio en su globalidad es una joya única de la arquitectura donde no existe rincón en el que no esté presente la naturaleza: iluminación natural, formas que evocan animales, flores, partes del cuerpo…

También observamos la pasión del artista por la religión, pues en la torre cilíndrica que representa la flor de la leyenda de Sant Jordi, encontramos los anagramas de Jesús, María y José y una cruz que representa la espada del caballero.

Y no puede faltar, como en todas sus obras, la pasión por Cataluña ya explicada en la inspiración del artista en la leyenda, así como su intención de evocar con la fachada al mar mediterráneo.