Se acerca uno de los espectáculos astronómicos más impresionantes del Cosmos: las Lágrimas de San Lorenzo. Un fenómeno que sólo podemos ver una vez al año. ¿Qué tal si aprovechas la coyuntura para fotografiar las Perseidas?

Se trata de una lluvia de meteoros procedentes del cometa Swift-Tuttle, descubierto en 1862. La Tierra, en su movimiento de traslación alrededor del sol, se encuentra con las partículas desprendidas del mismo una vez al año por las mismas fechas.

Cuando dichas partículas entran en contacto con la atmósfera, se ponen incandescentes por la fricción con el aire. Y brillan hasta ser consumidas.

Debido a la perspectiva, parece que provienen de la constelación de Perseo. De ahí su nombre, aunque no guarden ninguna conexión real con ella. La proximidad de este fenómeno con la festividad de San Lorenzo (10 agosto) es la responsable de su nomenclatura popular.

Aunque no es la mayor lluvia de estrellas fugaces, es la que podemos contemplar mejor en el hemisferio norte. Al producirse en agosto, su observación es más sencilla.

Para mí este fenómeno tiene un significado especial, porque mi abuelo y mi hija nacieron en San Lorenzo. Con una luna espectacular. Así que este año pienso montar unas fotos en gran formato como recuerdo.

Máximo de meteoros

Este año (2017) va a ser bueno para fotografiar las Perseidas. Aunque la Luna bloqueará parcialmente el espectáculo, ya que estará al 72% (la luna llena será el 6 agosto).

El máximo de meteoros/hora está previsto las noches del 11 al 12 y del 12 al 13 de agosto. No obstante, las noches anterior y posterior también serán buenas para ensayar y volver a probar con la cámara.

Una buena ubicación

La ubicación es fundamental para fotografiar las Perseidas. Puedes utilizar una aplicación móvil para localizar la constelación de Perseo, puesto que vienen en esa dirección. En este reportaje de Quo tienes unas cuantas.

Tendrás que alejarte de la ciudad y la contaminación lumínica, y buscar un lugar tranquilo y oscuro. Una vez allí, apunta con tu cámara por encima de dicha constelación, con ayuda del trípode.

Es importante no cambiarla de posición, aunque los meteoritos pasen por otra parte y tengamos la tentación de cazarlos. Paciencia, ya llegarán.

Preparar la cámara

Para encuadrar, utiliza un objetivo angular enfocado a infinito, con la máxima abertura. Pon un ISO alto y un tiempo de exposición largo para poder registrar el trazo de luz.

En este tipo de imágenes la calidad no suele ser tan importante como ‘captar el momento’. El tamaño de los fragmentos de las Perseidas oscila entre el de un grano de arena y una canica. Y estos últimos sólo dejan huella unos segundos.

Por este motivo, puedes disparar en calidad media, y tomar una gran cantidad de imágenes para asegurar que cazas el instante.

Un último consejo es que no te pierdas la lluvia de estrellas. Si no, tendrás que esperar otro año para poder hacerlo.

Si puedes, usa un intervalómetro. Y no olvides incluir en el equipo baterías de repuesto para la cámara y el móvil, agua, comida, una linterna… ¡Y una silla para descansar y disfrutar del espectáculo!