Muchos fotógrafos presentan un presupuesto previo de su trabajo, pero éste no suele ir acompañado de un contrato.

Es más: en algunos casos la entrega de un documento se interpreta como una falta de confianza. O existe el temor a perder una colaboración continuada –con una agencia de publicidad, por ejemplo- por ser demasiado puntilloso.

Pero redactar un contrato fotográfico es importante, porque evita muchos malentendidos con nuestros clientes, sean particulares o empresas.

Además, te permite establecer posibles penalizaciones en caso de incumplimiento y proteger tus derechos como autor de las fotografías. Asimismo, un buen contrato mejora tu reputación e imagen como profesional.

En este artículo vamos a enseñarte a redactar un contrato fotográfico y los puntos básicos que debe contener.

Puedes pedir a tu abogado o asesor que te eche una mano. No obstante, el documento debe ser fácil de leer, sin aspectos técnicos, y lo más corto posible.

Datos de las partes

A la hora de redactar un contrato fotográfico, lo primero que debes incluir son tus datos como autónomo y/o los de tu empresa.

Después, los datos de tu cliente. Si éste es una empresa, añade los datos de la persona de contacto. Por ejemplo, en el caso de una agencia, los del ejecutivo de cuentas.

Si se trata de una pareja de novios, pon los datos de ambos. Y si es un reportaje de comunión, los de los progenitores o tutores legales del menor.

Información de la sesión

Es muy importante detallar claramente el trabajo que vas a realizar.

Debes incluir el nombre del evento y el número de sesiones. En una comunión puedes hacer un reportaje de estudio para los recordatorios, una sesión en la iglesia, otra durante la celebración…

Pon el lugar (dirección), fecha y hora de cada sesión. También debes especificar la hora de inicio y de finalización del trabajo. Dicho de otra manera: el tiempo que vas a pasar haciendo fotos en ese sitio, sea tu estudio o un restaurante.

Incluye los tiempos de desplazamiento, si los hay. Y los tiempos y plazos de los trabajos posteriores de descarga, edición y retoque e impresión.

Precio

Es uno de los apartados más importantes, al redactar un contrato fotográfico.

Debes ponerlo de la manera más detallada posible, desglosando los distintos servicios: sesiones fotográficas, alquiler de equipo, transporte; edición, impresión o revelado de copias.

Sobre estas últimas, pon claramente el número de copias que vas a entregar en papel, tamaño, características y calidad. Y si vas a entregar o no los archivos digitales y en qué soporte.

Este punto, cuando no existe un contrato, suele ser una fuente de conflictos con los clientes, que quieren “llevarse el CD” y hacer copias por su cuenta.

Especifica también la forma de pago, anticipos, plazos, impuestos y fecha límite de cobro. Añade los precios de posibles trabajos y copias extra. Te ahorrará también alguna discusión.

Condiciones del contrato

Aquí puedes poner tantas cláusulas como quieras. Para redactar un contrato fotográfico, las más importantes son:

  • Fecha límite para confirmar la reserva y pagar el anticipo.
  • Política de cancelación. Fecha límite para anular la reserva (confirmada) y qué sucede en estos casos. Qué sucede si eres tú el que cancela el trabajo. Recuerda que en España existe un plazo legal de reflexión, dentro del cual el cliente puede cancelar el contrato sin penalización.
  • Reprogramación del evento. Qué sucede si el cliente cambia la fecha del evento, de la sesión, etc.
  • Plazos de entrega y material a entregar.
  • Cláusula de cooperación. Unas buenas fotografías son fruto de la cooperación por parte del cliente, invitados, etc. Especialmente si se trabaja con niños. No está de más recordárselo.
  • Cláusula de limitaciones del lugar. También conviene señalar que el resultado final depende de las limitaciones y condiciones del espacio donde trabajamos. En una iglesia, por ejemplo, puede haber poca luz, un acceso limitado a determinadas zonas,…

Derechos de autor, edición y exhibición

Es importante indicar quién adquiere o conserva estos derechos.

Si se trata de un encargo para publicidad, por ejemplo, puedes encontrarte con que tus fotografías han sido retocadas posteriormente. O que se encargaron para un trabajo concreto y se utilizan posteriormente.

Si todo está claro desde el principio, se evitan problemas para ambas partes.

También son importantes los derechos de imagen de las personas que aparecen en las fotografías, que debes salvaguardar. Si quieres usarlas para hacer publicidad de tu negocio o ponerlas en el escaparate, necesitas que te autoricen expresamente.

Fecha y firma

Al final del contrato indica el lugar y la fecha de la firma, las rúbricas de ambas partes y, de nuevo, tus datos de contacto.