Se acerca la primavera y con ella, las Comuniones. Una celebración en la que los niños acaparan todo el protagonismo. Por ello, te ofrecemos algunos consejos para hacer fotos de Primera Comunión.

Ya seas profesional o un aficionado al que un familiar ha encargado esta tarea, ésta requiere planificación.

El trabajo se desarrolla en varias sesiones y días. Deberás organizar tu agenda cuidadosamente y -lo más probable- contar con ayuda.

Lo más habitual es organizar una sesión pre-Comunión, en el estudio o exteriores. Y tomar posteriormente imágenes del evento: interior de la iglesia, posado con familiares y celebración.

 

Primera sesión

¿Dónde quieres hacer fotos de Primera Comunión? ¿En tu estudio? ¿Algún lugar emblemático o monumento de la ciudad? ¿Mejor un parque?

En el primer caso, te en cuenta los gustos de los padres sobre el estilo que quieren para las fotos. Tal vez la impresión que pueda tener el cliente sobre una foto de estudio es de «aburrida» o «muy tradicional», pero gracias a los fondos fotográficos es posible covertir la sesión en una obra de arte.

Estos tipos de recursos llevan años utilizándose, solo que ahora, gracias a la fotografía digital, tenemos a nuestra disposición un sinfín de posibilidades. Podemos por ejemplo utilizar un croma y trasladar al pequeño a cualquier lugar del mundo en cuestión de minutos o, mediante unos elegantes fondos de estudio negro, jugar con la iluminación para conseguir originales tomas.

fondo estudio

Un buen consejo es que os dejen solos con los niños.

Muchos pequeños, encantados con el protagonismo, pero incómodos con los trajes, empiezan a llamar la atención haciendo bobadas y muecas. Y la sesión se tensa y eterniza.

Tampoco ayuda una madre arreglando continuamente el tocado o la colocación del traje. Ni las ‘visitas’ como espectadores de la abuela, la tía…

Sé original, pero no exagerado, con el ‘atrezzo’. El protagonista es el niño, no los adornos.

Puedes crear entornos originales con libros antiguos, maletas de piel, muebles envejecidos, jaulas y flores. También puedes trabajar con un fondo liso y añadir efectos digitalmente.

No obstante, el peso de las fotos debe recaer en un gesto o una mirada.

 

Al aire libre

Por el contrario, si optas por el exterior, visita el lugar con anterioridad y selecciona posibles emplazamientos. Cuidado con meterse –literalmente- en jardines y con las fuentes de agua… y de manchas.

La ventaja de hacer fotos de Primera Comunión al aire libre es que los niños están más relajados que en el estudio.

Se comportan de forma más natural y espontánea, jugando con el entorno. Se obtienen fotos más originales: escondidos tras un árbol, jugando con hojas y ramas, etc.

No obstante, ten un plan B, por si llueve. Mover la sesión un día puede descuadrar tu agenda. Por no hablar de la cita con la peluquería y demás de los protagonistas.

Algunas opciones bajo techo son: una antigua estación de tren, un museo o edificio histórico. Igual que antes, visítalos previamente, elige las localizaciones… ¡y pide los permisos necesarios!

Conozco unos novios que dieron de morros con la puerta de un antiguo palacio el día de su boda. El fotógrafo pensó que podían entrar sin más, al tratarse de un monumento abierto al público.

Aún no han recogido el resultado del improvisado plan B. Y su hijo mayor ya tiene 7 años.

Por otro lado, una buena idea puede ser realizar esta sesión post Comunión, en vez de antes. Días después de la celebración, se pueden tomar fotos más ‘arriesgadas’ a la orilla del agua, en un parque,… sin miedo a estropear el traje.

 

En la Iglesia

Para organizar las fotos de la ceremonia, primero debes averiguar si puedes trabajar en la iglesia. Muchas no permiten que se tomen fotos para no molestar ni distraer a los niños.

Si puedes hacerlo, acércate días antes para organizar las tomas que quieres hacer y desde dónde.

Estudia también el exterior. ¿Podrás fotografiar a toda la familiar en el espacio disponible, con los demás niños haciendo lo mismo? ¿Hay otro lugar cerca?

En la celebración, una buena idea es montar un ‘photocall’ por el que vayan pasando los distintos grupos de invitados. Los más pequeños se divertirán más que si les obligas a posar de pie, con los invitados detrás.

 

Trabajar con niños

Hacer fotos de Primera Comunión implica trabajar con niños que se comportan como tal. Se ponen nerviosos y se cansan. Deben vivir la sesión fotográfica como un juego, de la forma más divertida y natural posible.

Cuidado con las instrucciones. “Sonríe, más, pero no tanto y sin enseñar los dientes…” es un galimatías para ellos. No los atosigues.

Tampoco fuerces la postura para el posado, porque se sentirán incómodos. Procura que se relajen y obtendrás mejores resultados.